La alopecia es un proceso que se caracteriza por la pérdida de pelo que previamente existía. Esto conlleva la disminución de la densidad capilar.
Entender que en la mayoría de los casos, la alopecia es un proceso crónico, es muy importante para conseguir que el gran cambio estético que se produce tras un trasplante se mantenga en el tiempo.
Existen muchos tipos de alopecia que debemos saber diferenciar. El más frecuente es la alopecia androgénica, que afecta al 80% de los hombres y al 40% de las mujeres en algún momento de su vida.
Además existen otras patologías que presentan la disminución de la densidad capilar con presentaciones clínicas diversas y patrones de pérdida capilar específicos: los efluvios, la alopecia areata o la alopecia frontal fibrosante, entre muchos.
Por ello es de vital importancia conocer qué sucede para poder realizar un correcto diagnóstico y tratamiento.